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NUEVAS TECNOLOGÍAS, NUEVAS FORMAS DE APRENDER

  • Foto del escritor: Adriana Rivera
    Adriana Rivera
  • 2 nov 2020
  • 3 Min. de lectura

Es imposible negar que la tecnología se ha adueñado de todos nosotros y que nuestro mundo gira en torno a ella. Hasta las cosas más insignificantes de la vida cotidiana, como una nevera o una vitrocerámica, están sometidos a la tecnología.

El mundo tecnológico nos hace todo más fácil, también más vagos. Los que nacieron con ella seguro que no conciben la vida de otra forma, pero vuestros abuelos o padres, que han visto su entrada y evolución a través de los años, ¿se imaginarían, por ejemplo, llegar al punto de poder conectarte con alguien desde cualquier lugar y en cualquier momento? Seguro que no.


Al igual que todo lo que nos rodea tiene sus pros y sus contras, contras que no siempre se perciben porque el uso tecnológico nos emboba. Pero parémonos a mirar la parte del aprendizaje. Es importante resaltar que la tecnología vive a la par que nosotros desde hace años, pero la aparición de la Covid-19 ha hecho que demos el gran salto de instaurarlo a un nivel mayor. Siempre da miedo dar un gran salto por si funciona mal, especialmente en empresas en donde el dinero está en juego.

Solo hace falta un ordenador y conexión a Internet para poder teletrabajar desde tu casa

La pandemia les ha obligado a instaurar el teletrabajo, que en principio iba a ser temporal. Pero viendo los buenos resultados y las comodidades que este aporta, tanto a trabajadores como empresarios, se puede decir que ha llegado para quedarse definitivamente en la sociedad. Tanto que hasta sed ha aprobado una ley sobre el teletrabajo.

Lo mismo ocurre en las universidades o centros escolares. La presencialidad era lo conocido y funcionaba, ¿entonces para qué cambiar algo que no da error? Pero al igual que en los trabajos, el coronavirus ha obligado a que los centros escolares, universidades y centros de formación se adapten a las circunstancias e instauren un modelo bimodal con clases online. Se aprende igualmente, pero no se tiene esa cercanía o sensación de estar hablando con personas, porque realmente estás hablándole a una pantalla sin saber si todos los que están al otro lado te están escuchando.

Es importante avanzar, adaptarse al cambio, y si es beneficioso, implantarlo definitivamente. El pasado ya no es una opción. Lo mismo ocurre con los medios de comunicación. La prensa escrita era la única forma de informarse hace no tantos años, pero la televisión y la radio fueron ganando espacio, y las redes sociales se comieron a todo lo anterior. Por eso los medios también se tuvieron que reinventar, especialmente los medios en papel, teniendo que crear plataformas online, aplicaciones o formas de contar la información desde un punto más tecnológico y menos escrito. La vida de la prensa en papel lleva años en peligro, y sería una pena que se perdiese. Pero las redes sociales están para quedarse. Si no las usas pareces un “apestado”, especialmente en jóvenes.

Algo que se creó como una forma de contacto, acabó siendo un nuevo medio, como es el caso de Twitter, que como dice Carlos Salas “los hilos de twitter se han convertido en un nuevo género en donde la gente explica, de manera sintetizada, cualquier tema social o de relevancia para la ciudadanía”. Pero a su vez hay que tener mucho cuidado porque las redes sociales se llenan de noticias falsas que dan lugar a la desinformación, por eso bueno comprobar todo varias veces y a través de varios medios o formatos.

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